UNA “PICK UP” PARA ACARREAR VERDURAS
Vendedor de verduras: ¿como está mamita?
Señora que pasea con sus hijas: nahhhh
Vendedor de verduras: ¿como el tiempo?
Señora que pasea con sus hijas: ecole cuá!!!
Vendedor de verduras: ¿va a llevar tomatito pal almuerzo?
Hay algo muy extraño sobre la gente que vende verduras, en general con las personas que manejan un area del comercio mas “del pueblo” (esa sucia prole de colegio sin apellido, quizas les suene familiar), como que todos son tus mejores amigos, si eres una señora son tus patas negras, si eres una niña son tu papito, si eres un fulano son tu tio dicharachero al que le encanta pelusear comentando lo que hizo o no hizo la vieja de la alcaldesa o los veintemil goles que recibio (o hizo en el mas raro de los casos pues estos sujetos tienen una aficion por equipos a morir saltando como Santiago Morning o el Everton) el equipo de sus amores de turno, ya sabes, el que tiene estampado en la polera desgastada y manchada con un nombre de un jugador de decadas pasadas que ni siquiera el reconoce y cuya camiseta miniaturizada en poliester aromatico (el aroma es opcional) gusta de usar como decoracion de interiores para su camioneta LUV station wagon que tanto pegaron en los “early” novenas con un nombre que no hacia mas que evocar la remota posibilidad de encontrar un poco de “love” al volante, o en su defecto en el “pick up” de la misma.
Ese animo de hablar, esa maña de querer meterte “la conversa” para ver si es que en un descuido te llevas unos veinte kilos de papas o les compras las guindas que tan descaradamente intentan vender a mil pesos el medio kilo como si fuesen un pequeño concesionario del Lider mas cercano con la sabia pero poco elaborada excusa que todos (incluidos nuestros ancestros) alguna vez hemos recibido: “es que esta mala la cooooooosa”.
Esos dientes destrozados por los cigarros y el refunfuñar cosas contra los “poderes facticos” y la “mala economia” “del gobierno” (o “de la derecha” segun sea el caso) que tanto desprecian pero se niegan a comprender. Las manos grandes y sucias, asperas y endurecidas que nos ofrecen para cerrar el “trato” como si fuese una especie de boleta o de garantia de calidad, esas manos que cargan con todas las cosas que venden y que habilmente y sin haber siquiera pasado a vender algun cachureo a algun colegio usan para contar los billetes mas rapido de lo que cualquiera de nosotros (los “iluminatti”) podria hacerlo, dandoselas de vez en cuando de peritos al poner el billete al sol como si fuesen capaces o les importara que el mismo fuese falso. Esa voz tan opresora digna de un “boot camp” gringo o de su simil “peloton” que nos hace sentir que quieren obligarnos a comprar los tomates o las paltas o la sandia de mil quinientos pesos y que ademas de tener esa voz de “gran hermano Corvi” que opaca cualquier opinion que puedas tener sobre que la sandia se ve un poco chucara o que los tomates estan medios machucados o que las paltas estan como palo se den el lujo de usar un megafono para pasearse por las poblaciones a las 10 de la mañana como si alguien se fuera a despertar con su candida voz mezcla de tenor con reo de carcel de maxima seguridad para comprarle una sandia a 2 lucas por el solo hecho que afirma que son las mejores para todas las caceritas, mientras apela a su papel de “patas negras” y empieza a recordar los chistes sobre la “bachelé” y los cabros de rojo que bailan y cantan tan bonito, en caso que aparezca algun fulano “anti-sistema” o alguna niña “mesmerizada” con Rojo y Yingo en busca de una rica sandia mañanera de dos mil quinientos pesos que aunque un poco chucara y arenosa calma la sed igual.
Dedicado a todos esos hombres y mujeres que aun con los dientes destrozados y su falta de conocimiento mas una vida destruida se encargan todos los veranos de recordarnos que las sandias son ricas y que los tomates son para la ensalada (del almuerzo). Gracias.
Etiquetas:
opinión
Señora que pasea con sus hijas: nahhhh
Vendedor de verduras: ¿como el tiempo?
Señora que pasea con sus hijas: ecole cuá!!!
Vendedor de verduras: ¿va a llevar tomatito pal almuerzo?
Hay algo muy extraño sobre la gente que vende verduras, en general con las personas que manejan un area del comercio mas “del pueblo” (esa sucia prole de colegio sin apellido, quizas les suene familiar), como que todos son tus mejores amigos, si eres una señora son tus patas negras, si eres una niña son tu papito, si eres un fulano son tu tio dicharachero al que le encanta pelusear comentando lo que hizo o no hizo la vieja de la alcaldesa o los veintemil goles que recibio (o hizo en el mas raro de los casos pues estos sujetos tienen una aficion por equipos a morir saltando como Santiago Morning o el Everton) el equipo de sus amores de turno, ya sabes, el que tiene estampado en la polera desgastada y manchada con un nombre de un jugador de decadas pasadas que ni siquiera el reconoce y cuya camiseta miniaturizada en poliester aromatico (el aroma es opcional) gusta de usar como decoracion de interiores para su camioneta LUV station wagon que tanto pegaron en los “early” novenas con un nombre que no hacia mas que evocar la remota posibilidad de encontrar un poco de “love” al volante, o en su defecto en el “pick up” de la misma.
Ese animo de hablar, esa maña de querer meterte “la conversa” para ver si es que en un descuido te llevas unos veinte kilos de papas o les compras las guindas que tan descaradamente intentan vender a mil pesos el medio kilo como si fuesen un pequeño concesionario del Lider mas cercano con la sabia pero poco elaborada excusa que todos (incluidos nuestros ancestros) alguna vez hemos recibido: “es que esta mala la cooooooosa”.
Esos dientes destrozados por los cigarros y el refunfuñar cosas contra los “poderes facticos” y la “mala economia” “del gobierno” (o “de la derecha” segun sea el caso) que tanto desprecian pero se niegan a comprender. Las manos grandes y sucias, asperas y endurecidas que nos ofrecen para cerrar el “trato” como si fuese una especie de boleta o de garantia de calidad, esas manos que cargan con todas las cosas que venden y que habilmente y sin haber siquiera pasado a vender algun cachureo a algun colegio usan para contar los billetes mas rapido de lo que cualquiera de nosotros (los “iluminatti”) podria hacerlo, dandoselas de vez en cuando de peritos al poner el billete al sol como si fuesen capaces o les importara que el mismo fuese falso. Esa voz tan opresora digna de un “boot camp” gringo o de su simil “peloton” que nos hace sentir que quieren obligarnos a comprar los tomates o las paltas o la sandia de mil quinientos pesos y que ademas de tener esa voz de “gran hermano Corvi” que opaca cualquier opinion que puedas tener sobre que la sandia se ve un poco chucara o que los tomates estan medios machucados o que las paltas estan como palo se den el lujo de usar un megafono para pasearse por las poblaciones a las 10 de la mañana como si alguien se fuera a despertar con su candida voz mezcla de tenor con reo de carcel de maxima seguridad para comprarle una sandia a 2 lucas por el solo hecho que afirma que son las mejores para todas las caceritas, mientras apela a su papel de “patas negras” y empieza a recordar los chistes sobre la “bachelé” y los cabros de rojo que bailan y cantan tan bonito, en caso que aparezca algun fulano “anti-sistema” o alguna niña “mesmerizada” con Rojo y Yingo en busca de una rica sandia mañanera de dos mil quinientos pesos que aunque un poco chucara y arenosa calma la sed igual.
Dedicado a todos esos hombres y mujeres que aun con los dientes destrozados y su falta de conocimiento mas una vida destruida se encargan todos los veranos de recordarnos que las sandias son ricas y que los tomates son para la ensalada (del almuerzo). Gracias.
Entradas
Publicar un comentario